La Policía Local de Zaragoza ha intensificado el control de las infracciones de los cada vez más ciclistas que circulan por las calles, aceras y carriles bici de la capital aragonesa. Aunque los agentes siempre han castigado los comportamientos incívicos y temerarios que comprometen la seguridad del resto de ciudadanos -conductas que hasta hace poco se saldaban con simples advertencias, como pasear con la bicicleta por aceras estrechas, conducir con auriculares o hablando por el teléfono móvil- se han convertido en objeto de sanción para los infractores.
Desde el Ayuntamiento de Zaragoza aseguran que no se trata de una maniobra de persecución a los ciclistas, sino de fomento de la convivencia, y apelan al sentido común de ciclistas, conductores y peatones. De hecho, el área de Movilidad del Consistorio está promoviendo la tolerancia de todos los usuarios de la vía pública a través de la campaña 'Nos respetamos todos', que recuerda qué comportamientos están prohibidos y son sancionables. Las multas pueden alcanzar los 450 euros en los casos más graves, pero suelen oscilar entre 30 y 200 euros, con descuentos de hasta el 50% gracias al 'pronto pago'.
Pero, después de casi tres años informando a los ciclistas, la Policía Local ha comenzado a sancionar con mayor asiduidad las faltas leves que antes se saldaban con una simple amonestación verbal. Algunos de los agentes incluso informan a los infractores de que están realizando una campaña de vigilancia de los ciclistas cuando les paran para multarles o advertirles, si consideran que el infractor puede desconocer la norma o cuando su falta ha sido fruto de un descuido y no pone en peligro al resto de ciudadanos. “Que se haya intensificado el control no quiere decir que antes no se controlara”, aclaran fuentes municipales.
Aunque no se facilitan datos oficiales sobre el número de sanciones impuestas -alegan que la Policía no diferencia entre coches, motos o bicis a la hora de tramitar las sanciones-, desde el área de Movilidad aseguran que el exponencial incremento del número de ciclistas que se ha producido durante los últimos años obliga a controlar a estos 'nuevos' usuarios de la vía pública, cuyas acciones siguen generando desacuerdo entre conductores, peatones y los propios ciclistas.
Polémica en la calle
Mientras los viandantes piden que las bicis circulen por la calzada y muchos conductores siguen viendo estos vehículos a pedales como un estorbo para la circulación, los ciclistas solicitan más kilómetros de carril bici y mayor seguridad en las zonas en las que conviven con motos, coches y autobuses.
“Estamos a favor de que se sancione a los ciclistas que no respeten la normativa, pero ésta no debe ser la única medida”, aseguran desde el colectivo ciclista Pedalea: “Estas acciones deben ir acompañadas de otras que fomenten la convivencia, como la creación de más zonas con carril bici o que los conductores respeten la velocidad en las vías pacificadas y no acosen a los ciclistas. Muchas veces, las bicicletas circulan por la acera porque sienten que la calzada es insegura”.
El Ministerio del Interior prepara un reglamento
Por si la polémica con la circulación de bicicletas por las calles de Zaragoza no fuera suficiente, el Ministerio del Interior ya trabaja en una reforma del Reglamento General de Circulación para regular el paso de las bicicletas en las aceras y obligar a los ciclistas a utilizar casco a los ciclistas urbanos. “La acera es para los peatones”, aseguró este martes el ministro Jorge Fernández, quien aclaró que “limitar” no quiere decir “excluir”, ya que “la casuística es variada” y existen aceras con carriles bici habilitados para este tipo de vehículos.
Fuente de la noticia Heraldo de Aragón 18/07/2012.